Atravesar el Algarve, erguido entre lugares de gran interés ecológico, ricos en biodiversidad y ecosistemas, es caminar por siglos de tradición, aún hoy intacta. La artesanía que los artesanos algarvíos elaboran hábilmente, recurriendo a técnicas ancestrales, se manifiesta en la alfarería, cestería, en las piezas de cobre, latón y en los trabajos de lino y de yute.
A dos pasos de la tranquilidad del interior, las animadas noches algarvias.
El patrimonio construido es otro punto de parada obligatoria. La arquitectura de las casas encaladas, con platabandas coloridas y chimeneas de belleza inigualable, los campanarios de las iglesias y los museos, que revelan fragmentos de los antepasados del pueblo algarvio, contribuyen a la singularidad de este destino.